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Recomendación Literaria

Libro: La Industria en la Zona Metropolitana del Valle de México

Jorge Isaac Egurrola y Luis Quintana Romero | Profesores-Investigadores FES Acatlán UNAM

Uno de los mitos elevados a dogma por los tecnócratas mexicanos, devotos del neoliberalismo, es creer, bajo cualquier circunstancia, que las grandes ciudades deben asumir una vocación económica eminentemente circulatoria, donde las finanzas y el comercio sean las actividades preponderantes. Sin esforzarse por entender las condiciones y complejidad de los procesos históricos que dieron lugar a la configuración del espacio urbano en nuestro país, llegan a minimizar la importancia de la dimensión industrial y condenan a las grandes urbes a prescindir de su soporte productivo y a poblarse, sin orden y concierto, de cualquier género de establecimientos comerciales; desde la informalidad callejera hasta suntuosos malls, y de todo tipo de oficinas de intermediación financiera, sean pequeñas casas de cambio, sucursales bancarias o enormes edificios de centros financieros. Poco importa que se comercien mercancías producidas allende nuestras fronteras o que los movimientos financieros poco tengan que ver con el desempeño de la economía real y respondan más bien a la lógica de casino especulativo y a los desatinos de la gestión bancaria mexicana.

Gracias a la arrogancia de quien desprecia aquello que desconoce, tecnócratas e ignaros funcionarios han minado la base productiva del Valle de México, bajo la falsa idea de que las altas finanzas, los centros comerciales y los lujosos proyectos inmobiliarios pueden, por si solos, representar crecimiento y prosperidad. Este libro se inspira en un postulado divergente: pese a la tercerización de la actividad económica, la industria del Valle de México sigue siendo un factor fundamental para dar viabilidad e impuso al desarrollo regional y dinamismo al crecimiento del país.

En la actualidad, la denominada Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se conforma por las dieciséis delegaciones del Distrito Federal, cincuenta y nueve municipios del Estado de México y uno más de Hidalgo. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda de 2010, concentra 20,137,152 habitantes, en una superficie de sólo 7,854 km2. Es la zona metropolitana más grande del país, y una de las cinco principales megalópolis del mundo.

La capital del país ha sido siempre el centro político y administrativo de la República Mexicana; no obstante, su proceso de metropolización se asocia de manera primordial a la concentración industrial fundada alrededor de los años treinta del Siglo XX, con la emergencia del patrón sustitutivo de importaciones. El proceso se acelera cuando en los años cincuenta la delegación Miguel Hidalgo y el municipio de Naucalpan comenzaron a conurbarse   Para 1970, en la Ciudad de México se producían prácticamente la mitad de los artículos industriales del país (Garza, 1984).

Si consideramos las explicaciones teóricas provenientes de la Nueva Geografía Económica (Krugman, 1991), se podría afirmar que la gran concentración de la industria en la ZMVM es una clara manifestación de la existencia de rendimientos crecientes para la actividad económica en esa región; situación que operó como una gran fuerza centrípeta para desencadenar una causación circular acumulativa, tendiente a reforzar la aglomeración industrial en la zona centro del país.

Ante el agotamiento del desarrollismo inspirado en el modelo sustitutivo de importaciones, en la década de los ochenta José Valenzuela (1986) plantea dos opciones de recambio para el capitalismo mexicano. Una, sustentada en un patrón de acumulación “secundario exportador”; la otra, basada en el patrón neoliberal. Si bien, con la crisis de 1982 se instaura la regulación monetarista y surgen los primeros brotes de privatización de las empresas públicas, no será sino hasta la sucesión presidencial de 1988 cuando, tras intensos años de lucha social y conflictos al interior del bloque dominante, que el neoliberalismo se entrone y se desate con todo brío la desregulación y liberalización de la economía, la apertura comercial y la profundización de la transnacionalización monopólica del país. El papel de la industria en el desarrollo nacional cambia y se alteran los procesos de concentración industrial. Comienza entonces una nueva etapa para la manufactura de la ZMVM.

Las empresas exportadoras, preponderantemente corporaciones transnacionales, se vieron privilegiadas por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, al tiempo que la industria maquiladora registraba un boom en el norte del país. Este engañoso proceso de fortalecimiento industrial, llevó a que algunos investigadores, como Gordon Hanson (1998), previeran que la reducción de las barreras comerciales tendría como consecuencia una contracción del empleo en la región centro. Hanson estima que entre 1980 y 1993 la participación del empleo manufacturero en los estados fronterizos pasó de 21% a 29.8%; en tanto, en el cinturón manufacturero de la Ciudad de México se redujo de 44.4% a 28.7%. Krugman y Livas (1996) han argumentado que cuando una economía cerrada se abre al comercio internacional, la concentración en una sola ciudad es remplazada por la dispersión en diferentes lugares. De tal forma, la apertura comercial podría ser uno de los aspectos explicativos de la contracción económica de la ZMCM.

Datos más recientes dan cuenta de que la contracción de la actividad manufacturera en la ZMVM se ha profundizado. De acuerdo con la información censal del cuadro 1, entre 1998 y 2008 su peso en el número de unidades económicas del país cayó de 17% a 15%, en la ocupación de 21% a 17% y su participación en la producción nacional de 23% a 17%. Sin embargo, resulta significativo que el nivel de su productividad, a pesar de haberse reducido, se sitúa muy por encima de la media nacional.

Cuadro 1. Características económicas de la industria manufacturera en la ZMVM 1998-2008

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI, Censo Económicos 1998, 2004 y 2009.

La innegable tendencia a la declinación industrial de la ZMVM ha llevado a economistas de filiación neoclásica y tecnócratas neoliberales a cuestionar su propia existencia, al considerar que la desindustrialización además de irreversible, no resulta dañina. Esta situación ha abonado la idea de que los servicios y las actividades circulatorias representan la verdadera vocación de la ciudad. En algunos casos, incluso, ha ocasionado que gobiernos locales diseñen estrategias encaminadas a desestimular la localización de nuevas industrias.

Como veremos en este libro, desde una perspectiva diferente, pese a la declinación de la industria en la Región Centro del país, existen elementos para cuestionar la idea de una desindustrialización total o inevitable. Baste, por el momento, mencionar dos aspectos evidentes. En primer término, la manufactura en la ZMVM es aún la principal concentración industrial del país. Es decir, siguen operando economías de aglomeración que dan lugar a rendimientos crecientes a escala. En términos de Marshall, se podría considerar que en la región existen conocimientos compartidos por las empresas, un conjunto de fuerza de trabajo e insumos especializados, pero también otros aspectos como los efectos de un gran mercado doméstico y la existencia de externalidades de consumo (principalmente amenidades). Todos estos son elementos que permiten explicar por qué la ZMVM sigue siendo un polo de atracción para diferentes tipos de industrias y personas.

En segundo lugar, no se ha dado un proceso de industrialización alternativa en el norte o en cualquier otra región del país que se haya consolidado y logrado desplazar al centro. En el cuadro 2 se puede observar que la primacía de la ZMVM no ha cambiado en el tiempo; de lejos, sigue siendo la mayor concentración económica de México. Su valor agregado, duplica al de la Zona Metropolitana de Monterrey, la segunda en importancia; y su productividad es 2.5 veces superior aquella.

Cuadro 2. Características económicas de la industria manufacturera en las principales zonas metropolitanas del país 1998-2008 (participaciones % en el total nacional)

Fuente: Estimaciones propias a partir de información de INEGI, Censo Económicos 1998, 2004 y 2009.

Dadas las características de la ZMVM, conceptos convencionales como el de desindustrialización, resultan limitados para explicar lo que acontece en la región. En sus orígenes, la desindustrialización fue vista como consecuencia de una industrialización exitosa, impulsada por el progreso técnico en los países desarrollados (Rowthorn y Wells, 1987; Baumol, Blackman y Wolff, 1989); un mayor crecimiento relativo en la productividad industrial en relación a la de los servicios es puesta como la causa de la reducción de la participación del empleo industrial y el crecimiento de la proporción en el empleo en servicios. En todo caso, el concepto de desindustrialización negativa es quizás más próximo a lo que ocurre en la ZMVM. Rowthorn y Wells (1987) han planteado que dicha desindustrialización es resultado del incremento del desempleo y estancamiento del ingreso en el sector industrial.

También resulta debatible sí la declinación industrial es inevitable o irreversible. Las políticas llevadas a cabo en otros países latinoamericanos, por ejemplo en Argentina y Brasil, demuestran cómo un gobierno más activo, con una orientación no neoliberal, que se propone impulsar la reindustrialización, la sustitución de importaciones y estimular las exportaciones, es capaz de propiciar el crecimiento económico y el desarrollo regional. Proclamar la desaparición de la industria en la ZMVM es dar pié a la eutanasia de la principal concentración económica del país. Por el contrario, la definición de una política activa de revitalización del sector podría canalizar nuevas inversiones, impulsar el desarrollo tecnológico y recuperar sectores debilitados propiciando así el crecimiento de la región.

Para discutir esta problemática y ofrecer algunas respuestas a las interrogantes y desafíos que suscita el debilitamiento productivo de la manufactura en la ZMVM, en este libro presentamos los trabajos de un grupo de académicos expertos en temas regionales. Su imperativo es plantear la necesidad de una nueva fase de desarrollo industrial en torno a la Ciudad de México, como fundamento de un programa más amplio encaminado a fortalecer la base productiva del espacio regional del país.

En la primera parte del libro, se analiza la competitividad, concentración y el desarrollo industrial en la Zona Metropolitana del Valle de México. En su trabajo, Normand Asuad pone de manifiesto la necesidad de un análisis teórico interpretativo que permita comprender la dinámica del proceso de concentración y dispersión espacial de la actividad económica y poblacional de la región megalopolitana del centro del país. En su estudio sostiene que el comportamiento de esta región se corresponde al modelo centro-periferia, pues en sus inicios se registró en ella una intensa concentración económica y la formación de una gran área de mercado. La región alcanzó su concentración más alta al inicio de la década de los setenta como resultado del proceso de desarrollo industrial y de servicios. En los años subsecuentes ocurrió un proceso de dispersión desde esta megalópoli hacia otras zonas del país, lo cual impactó el desarrollo urbano de ciertas regiones, sin alterar de manera significativa la primacía urbana de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Por su parte, Roberto Ramírez busca mostrar la manera en que la actividad económica se estructura y localiza en el territorio, mediante la identificación de centros y subcentros de actividad económica al interior de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Aborda, en particular, el caso de los subcentros industriales, una de las actividades económicas más importantes y significativas de la ciudad, cuyo comportamiento asume características espaciales que lo distinguen del sector comercial o de servicios. Caracteriza también las especializaciones de estos subcentros, y discute el papel que juegan en el suministro de bienes al mercado interno más grande del país.

En su ensayo, Carlos Bustamante contrasta la respuesta de los actores económicos privados ante las políticas gubernamentales destinadas a frenar la concentración industrial de la Ciudad de México. Señala que no existe correspondencia entre las necesidades del sector industrial y las políticas públicas. A lo cual contribuyen los prejuicios y convencionalismos en contra de las grandes ciudades y concentraciones industriales que dominan las políticas urbanas a nivel mundial y que han formado parte de la agenda de los gobiernos de México por más de veinticinco años. Su trabajo se fundamenta en una investigación cualitativa, basada principalmente en las observaciones y análisis de las respuestas de los actores sociales involucrados tanto en el diseño como en la aplicación de las políticas. La investigación se centra en empresarios de pequeñas y medianas empresas textiles y de la confección radicadas en la Ciudad de México.

La primera parte del libro concluye con el análisis que Luis Quintana realiza sobre el caso del municipio de Naucalpan de Juárez en el Estado de México. Brinda evidencia suficiente para mostrar la importancia de las áreas de la ZMVM donde la vocación industrial no se ha perdido, y la viabilidad que la industria mantiene en el centro del país. Considera que las visiones que predicen la desindustrialización de esta región no llegan a comprender la complejidad de los procesos de reestructuración industrial que en ella se registran. Concluye que las autoridades gubernamentales deben poner en primer plano la necesidad de diseñar e implantar una política industrial regional, sustentada en la reindustrialización de la región centro del país y en el fortalecimiento de su amplia infraestructura industrial, para impulsar el crecimiento económico del país.

La segunda parte del libro atiende las Políticas Regionales de Fomento Industrial. En primer lugar, los jóvenes economistas Yuridia Cañedo, Javier Lapa, Nelly Linares e Isabel Rodríguez, presentan un análisis comparativo de los principales aspectos de las políticas regionales que los gobiernos del Distrito Federal, el  Estado de México y la administración federal han llevado a cabo en años recientes. Asimismo, realizan un breve recuento histórico de la política regional y la política industrial en el contexto del Modelo Sustitutivo de Importaciones (MSI) y el Neoliberal en la Zona Metropolitana del Valle de México. Consideran que, amén de sus limitaciones conceptuales y operativas, las distintas políticas públicas adolecen de descoordinación y disparidad de objetivos, por lo cual es indispensable impulsar una política regional unitaria que reconozca y aproveche su vocación industrial.

Para completar el tema, Enrique Jacob presenta una visión panorámica del sector industrial del Estado de México a partir de su contexto histórico; describe el proceso de industrialización desde mediados del siglo XX y su situación actual, y ofrece datos suficientes para demostrar la importancia que la industria reviste en la entidad y, en particular, para la Zona Metropolitana del Valle de México. Por otra parte, se refiere a los orígenes de las actuales estrategias de fomento industrial a partir del Plan de Desarrollo del Estado de México 2005-2011, y del Programa Sectorial de Seguridad Económica 2006-2011. Finalmente, hace una revisión de las principales estrategias que el Gobierno del Estado de México ha impulsado para favorecer la actividad de este importante sector, clave de la economía estatal.

En la tercera y última parte del libro, se presentan las perspectivas y propuestas para el desarrollo de la industria regional, y se exponen algunos elementos para delinear una estrategia para el fortalecimiento productivo y el desarrollo integral del Valle de México. El trabajo de Miguel Ángel Mendoza estudia las causas de orden macroeconómico de la contracción que ha experimentado la industria en el Valle de México, en especial aquellas vinculadas al sector externo. Entre los principales factores que logra identificar se encuentran la fuerte dependencia con Estados Unidos, el ascenso de China como su principal socio comercial y la ausencia de una política industrial integral en la región. Paralelamente, muestra evidencia de cómo las crisis económicas de 2001 y 2009 han repercutido fuertemente en la actividad industrial del área de estudio.

A continuación, Carlos Gramillo aborda la relevancia de dos iniciativas recientes que el Gobierno del Estado de México ha promovido dentro del enfoque de una nueva política industrial, según el cual existen dos fallas de mercado que de manera significativa obstaculizan el crecimiento y la transformación de las economías de los países en desarrollo, especialmente de los países de ingreso medio, como México. Estas fallas se refieren a: 1. la falta de coordinación y colaboración entre empresas y con el sector público; y 2. la subinversión en negocios innovadores. Las recientes iniciativas mexiquenses, de las cuales se describen sus objetivos y avances principales, tratan de solucionar estas deficiencias.

El libro cierra con el capítulo de Jorge Isaac Egurrola, donde se analizan las causas y consecuencias del debilitamiento industrial sufrido por el Valle de México, asociándolo con el singular fenómeno de vaciamiento productivo, provocado por la persistencia del patrón neoliberal imperante desde la década de los ochenta y que se expresa, entre otros factores, en la merma y atrofia de la base productiva del espacio regional de la industria nacional. A partir de la concepción teórico-analítica rama Región, el autor realiza un diagnóstico de las condiciones que guardan las distintas ramas de la manufacturera en el área norponiente del Valle de México, la principal concentración industrial del país. La delimita como una Zona Industrial de Desarrollo (ZID) que, a pesar de su severo vaciamiento productivo, es capaz de soportar y dar impulso al crecimiento económico y al desarrollo integral de la más importante metrópoli de México. Para ello, sostiene que es indispensable una estrategia que, fundada en articulaciones espaciales complejas donde se integren las distintas Ramas Región, suponga la construcción de un nuevo marco institucional y el impuso de un nuevo proyecto de nación.

Referencias

Referencias

BAUMOL, W. J., S. BLACKMAN Y E.N. WOLFF, (1989), Productivity and American leadership: The Long View, The MIT Press, Cambridge, Massachusetts.

CONAPO, SEDESOL E INEGI, (2012)  Delimitación de las zonas metropolitanas de México, 2010.

GARZA, GUSTAVO, (1984), “Concentración especial de la industria en la Ciudad de México; 1930-1970”, en Demografía y Economía, XVIII; I, pp. 3-26, El Colegio de México.

HANSON, GORDON H., (1998), “North American Economic Integration and Industry Location”, en Oxford Review of Economic Policy, Oxford University Press, vol. 14(2), pp. 30-44

KRUGMAN, PAUL, (1991), “Increasing Returns and Economic Geography”, en Journal of Political Economy, University of Chicago Press, vol. 99(3), pp. 483-99.

KRUGMAN, PAUL Y RAUL LIVAS, (1996), “Tradepolicy and the Third Worldmetropolis”, en Journal of Development Economics, Elsevier, vol. 49(1), pp. 137-150.

ROWTHORN, R.E. Y J.R. WELLS, (1987), Deindustrialization and ForeignTrade, Cambridge UniversityPress, Cambridge.

VALENZUELA FEIJOO, JOSÉ, (1986), El Capitalismo Mexicano en los ochenta: hacia un nuevo modelo de acumulación, ed. ERA.

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